© CON
COMILLAS Y ALLINTITLE:
© CESARE
LOMBROSO
Verona, 1836 - Turín, 1909
Criminólogo italiano. En 1859 se doctoró
en Medicina en Pavía con la tesis Ricerche sul cretinismo in Lombardia;
posteriormente enseñó en la universidad local, y fue director del manicomio de
la citada población. Por aquel entonces publicó Genio y locura (1864) y El
hombre delincuente (1876). Más tarde pasó a Turín, donde entre 1876 y la
fecha de su muerte desempeñó en la universidad, sucesivamente, las cátedras de
Medicina legal, Psiquiatría y Antropología criminal. Entre sus restantes obras
cabe mencionar La mujer delincuente, la prostituta y la mujer normal,
así como El hombre blanco y el hombre de color.
Los principales campos de su
investigación fueron la genialidad, la delincuencia y la pelagra. Si bien
poseedor de una gran intuición, careció de sentido crítico, y no profundizó en
las causas de las cuestiones estudiadas. Muchas de sus teorías se hallan hoy completamente
caducadas. Sin embargo, a sus estudios médico-antropológicos sobre el
delincuente se deben las bases de la antropología criminal que ha inspirado las
nuevas concepciones del derecho real y de la administración de justicia.
Lombroso
asienta por primera vez una clasificación de los delincuentes, diferenciando
entre seis tipos diferentes, empleando para su construcción el método empírico.
Su teoría del delincuente nato partió de los datos recogidos en más de
cuatrocientas necropsias de delincuentes y seis mil análisis de delincuentes
vivos. Por otra parte, Lombroso realizó un estudio con veinticinco mil reclusos
de distintas cárceles europeas con el que relacionó estrechamente el atavismo y
la criminalidad. Cesare se dedicó a observar algunos rasgos comunes entre los
distintos tipos de delincuentes, gracias a los cuales se les podía distinguir
físicamente. Midió sus cráneos, distinguió entre los distintos tipos frente,
ojos, nariz, boca, barbilla, etc. definiendo las fisonomías características de
cada tipo de delincuente y también las compartidas de manera general. En
la actualidad, todas estas teorías están superadas pero tienen una importancia
suprema por lo que representan históricamente. El mayor agujero de esta teoría
es la desconsideración de los factores sociales y ambientales, exteriores al
individuo, que ciertamente influyen en sus tendencias delictivas. El propio
Lombroso reconoció con posterioridad la importancia de esos factores sociales y
exógenos al sujeto que recogió en “El crimen, causas y remedios”, su
obra de madurez.
El
médico italiano en su teoría de la criminalidad se centra, fundamentalmente, en
una tipología que define como delincuente nato, considerándolo como una especie
inferior al “homo sapiens”. Se entiende al delincuente como un ser
degenerado, atávico, evolutivamente inferior y producto de una degeneración.
Para tal consideración, se basó en la comparación del comportamiento de estos
sujetos con el de ciertos animales y plantas, algunas tribus indígenas
primitivas y atroces e, inclusive, niños en edad infantil. Esta concepción es
muy criticada, entre otras muchas cosas, por la carencia de base empírica –no
se puede extrapolar el comportamiento de otros seres vivos al hombre, no hay
pruebas irrefutables de mayores tasas de criminalidad en las tribus indígenas,
etc.-. Luego, ese atavismo que Lombroso consideraba responsable de la
criminalidad parece no ser tal, especialmente, porque los rasgos en que se basa
para la deducción del mismo se encuentran en otras personas que no delinquen y
pueden atribuírsele otras explicaciones. Entre las características físicas que
atribuía al delincuente estaba la dentición anormal, la asimetría facial, las
orejas grandes o los defectos en los ojos, entre otros.
En El hombre delincuente
establece su topología (o, tipos de delincuentes):
Individuo que sufre de
epilepsia y comete a causa de esta enfermedad un delito.
Generalmente son
delitos violentos.
Una característica de
estos delincuentes es que siempre utilizan armas blancas para cometer
delitos violentos... por ejemplo para diferenciarlos de un impostor que quiere
escudarse en su epilepsia en un delito violento, se debe ver si el cuchillo
ingresó varias veces y en un mismo ángulo. Ya que es la característica de estos
delincuentes si acuchillan lo hacen en el mismo lugar y en el mismo ángulo.
Desde el punto de
vista clínico y los fenómenos electroencefalográficos, se reconoce cuatro
subdivisiones, la que afecta a estos delincuentes es la epilepsia
mayor o Gran Mal
Es la persona que observa un
género de vida delictiva al extremo de llegar a constituir un tipo permanente
de personalidad criminal. Puede ser delincuente profesional, pero por lo menos
una parte considerable de su actividad es de carácter criminoso.
Es aquel en que el delito es
la manifestación o revelación de una anomalía mental, de su individualidad
psíquica anormal.
El delito en éstos no es más
que un episodio en su anomalía mental, es considerado criminalmente inimputable.
En esta clase de
delincuentes se considera al:
2.
al alcohólico,
3.
al histérico (ataca más a mujeres).
Estado psicopatológico que
impide o perturba la normal valoración de la conducta desde el punto de vista
moral, pero dejando subsistente la capacidad cognoscitiva y volitiva.
Persona que está determinada
a cometer delitos por causas hereditarias. Se basa en que la constitución
biológica de ciertas personas les lleva inexorablemente a la delincuencia.
Presenta rasgos como
ser:
·
protuberancia en la frente,
·
pómulos y mentón salientes,
·
labios partidos y algunas veces microcefalia.
La critica a Cessare
Lombroso le hace notar que no hay criminal nato, por ejemplo los rasgos rudos y
fuertes un campesino no pueden hacer pensar que es de por sí un criminal, mas
al contrario, hay personas con rasgos finos que son criminales más avezados
Persona, casi siempre
normal, aunque de escasa energía volitiva, que delinque por sugestión del
ambiente o por motivo pasajero sentimental o externo.
Se trata de un
delincuente primario, poco o nada peligroso, generalmente exento de defectos
psicológicos, pero susceptible de convertirse en habituales.
No tiene frenos
inhibitorios. Esta clase de delincuentes no puede refrenar sus impulsos, ante
la ocasión reacciona por impulso.
El delincuente ocasional se
puede -a su vez-clasificar en:
·
Es ocasional, no es un criminal, las
circunstancias hacen que cometa el delito.
Persona que está empezando a
delinquir por sugestión del ambiente
Aquel en que el delito
prorrumpe tempestuosamente, como un huracán psíquico, anulando la voluntad e
impidiendo la sana y normal recepción de los acontecimientos.
Es el que participa
regularmente y como medio normal de vida, en una cultura criminal perfeccionada
y dotada de un cuerpo de aptitudes y conocimientos especializados.
El delincuente profesional
de diferencia:
1.
del delincuente habitual, porque éste comete delitos de manera regular pero no
posee una destreza perfeccionada y especializada; y,
2.
del delincuente ocasional porque éste no se lanza al delito de manera regular
ni posee una aptitud especializada sino que comete algún delito cuando se
presenta la ocasión.
©
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