lunes, 30 de junio de 2014

brenda medina rojas

©      CON COMILLAS Y ALLINTITLE:
©      CESARE LOMBROSO
Verona, 1836 - Turín, 1909 Criminólogo italiano.  En 1859 se doctoró en Medicina en Pavía con la tesis Ricerche sul cretinismo in Lombardia; posteriormente enseñó en la universidad local, y fue director del manicomio de la citada población. Por aquel entonces publicó Genio y locura (1864) y El hombre delincuente (1876). Más tarde pasó a Turín, donde entre 1876 y la fecha de su muerte desempeñó en la universidad, sucesivamente, las cátedras de Medicina legal, Psiquiatría y Antropología criminal. Entre sus restantes obras cabe mencionar La mujer delincuente, la prostituta y la mujer normal, así como El hombre blanco y el hombre de color.
Los principales campos de su investigación fueron la genialidad, la delincuencia y la pelagra. Si bien poseedor de una gran intuición, careció de sentido crítico, y no profundizó en las causas de las cuestiones estudiadas. Muchas de sus teorías se hallan hoy completamente caducadas. Sin embargo, a sus estudios médico-antropológicos sobre el delincuente se deben las bases de la antropología criminal que ha inspirado las nuevas concepciones del derecho real y de la administración de justicia.
Lombroso asienta por primera vez una clasificación de los delincuentes, diferenciando entre seis tipos diferentes, empleando para su construcción el método empírico. Su teoría del delincuente nato partió de los datos recogidos en más de cuatrocientas necropsias de delincuentes y seis mil análisis de delincuentes vivos. Por otra parte, Lombroso realizó un estudio con veinticinco mil reclusos de distintas cárceles europeas con el que relacionó estrechamente el atavismo y la criminalidad. Cesare se dedicó a observar algunos rasgos comunes entre los distintos tipos de delincuentes, gracias a los cuales se les podía distinguir físicamente. Midió sus cráneos, distinguió entre los distintos tipos frente, ojos, nariz, boca, barbilla, etc. definiendo las fisonomías características de cada tipo de  delincuente y también las compartidas de manera general. En la actualidad, todas estas teorías están superadas pero tienen una importancia suprema por lo que representan históricamente. El mayor agujero de esta teoría es la desconsideración de los factores sociales y ambientales, exteriores al individuo, que ciertamente influyen en sus tendencias delictivas. El propio Lombroso reconoció con posterioridad la importancia de esos factores sociales y exógenos al sujeto que recogió en “El crimen, causas y remedios”, su obra de madurez.
El médico italiano en su teoría de la criminalidad se centra, fundamentalmente, en una tipología que define como delincuente nato, considerándolo como una especie inferior al “homo sapiens”. Se entiende al delincuente como un ser degenerado, atávico, evolutivamente inferior y producto de una degeneración. Para tal consideración, se basó en la comparación del comportamiento de estos sujetos con el de ciertos animales y plantas, algunas tribus indígenas primitivas y atroces e, inclusive, niños en edad infantil. Esta concepción es muy criticada, entre otras muchas cosas, por la carencia de base empírica –no se puede extrapolar el comportamiento de otros seres vivos al hombre, no hay pruebas irrefutables de mayores tasas de criminalidad en las tribus indígenas, etc.-. Luego, ese atavismo  que Lombroso consideraba responsable de la criminalidad parece no ser tal, especialmente, porque los rasgos en que se basa para la deducción del mismo se encuentran en otras personas que no delinquen y pueden atribuírsele otras explicaciones. Entre las características físicas que atribuía al delincuente estaba la dentición anormal, la asimetría facial, las orejas grandes o los defectos en los ojos, entre otros.
En El hombre delincuente establece su topología (o, tipos de delincuentes):
Individuo que sufre de epilepsia y comete a causa de esta enfermedad un delito.
 Generalmente son delitos violentos.
 Una característica de estos delincuentes es que siempre  utilizan armas blancas para cometer delitos violentos... por ejemplo para diferenciarlos de un impostor que quiere escudarse en su epilepsia en un delito violento, se debe ver si el cuchillo ingresó varias veces y en un mismo ángulo. Ya que es la característica de estos delincuentes si acuchillan lo hacen en el mismo lugar y en el mismo ángulo.
 Desde el punto de vista clínico y los fenómenos electroencefalográficos, se reconoce cuatro subdivisiones, la que afecta a estos delincuentes es la  epilepsia mayor  o  Gran Mal
 Es inimputable.
Es la persona que observa un género de vida delictiva al extremo de llegar a constituir un tipo permanente de personalidad criminal. Puede ser delincuente profesional, pero por lo menos una parte considerable de su actividad es de carácter criminoso.
 Es imputable.
Es aquel en que el delito es la manifestación o revelación de una anomalía mental, de su individualidad psíquica anormal.

El delito en éstos no es más que un episodio en su anomalía mental, es considerado criminalmente  inimputable.
 En esta clase de delincuentes se considera al:
1.     alienado (enfermo mental o loco: Ver enfermedad mental),
2.     al alcohólico,
3.     al histérico (ataca más a mujeres).
Estado psicopatológico que impide o perturba la normal valoración de la conducta desde el punto de vista moral, pero dejando subsistente la capacidad cognoscitiva y volitiva.
 Es imputable.
Persona que está determinada a cometer delitos por causas hereditarias.  Se basa en que la constitución biológica de ciertas personas les lleva inexorablemente a la delincuencia.
 Presenta rasgos como ser:
·        protuberancia en la frente,
·        pómulos y mentón salientes,
·        labios partidos y algunas veces microcefalia.
 Es imputable.
 La critica a Cessare Lombroso le hace notar que no hay criminal nato, por ejemplo los rasgos rudos y fuertes un campesino no pueden hacer pensar que es de por sí un criminal, mas al contrario, hay personas con rasgos finos que son criminales más avezados
Persona, casi siempre normal, aunque de escasa energía volitiva, que delinque por sugestión del ambiente o por motivo pasajero sentimental o externo.
 Se trata de un delincuente primario, poco o nada peligroso, generalmente exento de defectos psicológicos, pero susceptible de convertirse en habituales.
 No tiene frenos inhibitorios. Esta clase de delincuentes no puede refrenar sus impulsos, ante la ocasión reacciona por impulso.
El delincuente ocasional se puede -a su vez-clasificar en:
·        Es ocasional, no es un criminal, las circunstancias hacen que cometa el delito.
Persona que está empezando a delinquir por sugestión del ambiente
Aquel en que el delito prorrumpe tempestuosamente, como un huracán psíquico, anulando la voluntad e impidiendo la sana y normal recepción de los acontecimientos.
 Para su imputabilidad o inimputabilidad requiere en todo caso un atento análisis psicológico.
Es el que participa regularmente y como medio normal de vida, en una cultura criminal perfeccionada y dotada de un cuerpo de aptitudes y conocimientos especializados.
El delincuente profesional de diferencia:
1.     del delincuente habitual, porque éste comete delitos de manera regular pero no posee una destreza perfeccionada y especializada; y,
2.     del delincuente ocasional porque éste no se lanza al delito de manera regular ni posee una aptitud especializada sino que comete algún delito cuando se presenta la ocasión.


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